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Un libro que hace sonar la música clásica en quien lo lee ¿no te lo crees?

Félix Albo

Sí, este es rosa. Muy rosa y eso hace que haya personas que, de entrada, ni lo abra pero… es porque no saben lo que se pierden.

En sus páginas nos esperan unas ilustraciones bellas, delicadas, enérgicas, sencillas además, llenas de detalles que conforman un libro elegante (y rosa). Algunas páginas tienen solapas que nos relatan acciones y reacciones entre los dos protagonistas: Flora, una niña linda y el flamenco. Hay otras a doble página que son una esquisitez.

¿Se os ocurre que alguien, mientras presencia un ballet, trate de explicar qué está ocurriendo sobre el escenario? Este libro es así. Es para vivirlo dentro. No necesita explicación. Si vamos observando sus páginas, sin prisa, levantando las solapas ordenada y detenidamente, solo saldrá por nuestra boca alguna exclamación y, sin duda, una sonrisa amplia. No necesita más. Todo lo demás ocurre dentro. Si le buscáramos las palabras, las tendría, claro, pero no las necesita. Es más intenso, más rico, más completo eso que sucede dentro de quien lo lee.

No seré yo, pues, quien le ponga palabras a este libro que ni las tiene, ni las precisa. Eso sí, decir que la relación que se establece entre ambos personajes es una relación deliciosa, que el ánimo de quien lo mira y se deleita, cambia según va avanzando en sus páginas y también que hay un momento en el que dentro de quien lo lee suena música, música clásica y enseguida llega la sonrisa.

Un libro bello y placentero en el que aparece el ballet, arte no demasiado común en este tipo de libros, interpretado de manera sublime por estos dos simpáticos personajes.

Y los aplausos, ¿los oyes?