Obras de conflicto social
Octubre 22 2012
Luis Daniel González
El narrador colectivo de la historia son los animales nativos de un país desolado que cuentan cómo se fue destruyendo su país desde que fueron colonizados por los conejos, que en la historia son unos seres angulosos sin cuello, con una especie de vestido que semeja una levita dieciochesca, que llegan en barcos también de hace tres o cuatro siglos.Los cada vez más numerosos seguidores de Shaun Tan disfrutarán con sus óleos y sus diagramas, sus campos devastados y sus futuristas paisajes urbanos… Su talento para provocar extrañeza y curiosidad, con sus potentes composiciones y los aires surrealistas de sus escenarios llenos de multitud de detalles curiosos y humorísticos en cada escena, consiguen que la narración impacte y deje huella en el lector.
Por otro lado, el álbum se resiente de que el texto, aunque tenga fuerza pues Marsden es un buen escritor, está compuesto para transmitir un mensaje de condena obvio casi sin matices. En ese sentido puede ser alineado con las obras que plantean un conflicto social y en las que, dice David Mamet, se plantea una pregunta del tipo «“¿Cómo podemos remediar el maltrato conyugal, el sida, la sordera, la intolerancia religiosa o racial?”» para inducir en el espectador o lector una respuesta como «“Veo las opciones que me presentan y decido (junto con el autor) cuál es la correcta. Si yo me encontrase en el lugar de los que están sobre el escenario, me inclinaría por la opción correcta: me pondría del lado del héroe o de la heroína antes que del malo”». Es decir: así como «el melodrama genera una ansiedad que se vive desde una posición de seguridad, la obra de conflicto social propone indignación (las noticias de televisión ofrecen ambas cosas).
En estos falsos dramas nos abandonamos al deseo de sentirnos superiores a los acontecimientos y a la historia; es decir, al orden natural». Al final, esa «es la recompensa que se recibe por asistir a una obra de conflicto social».