‘La cicatriz’ y ‘Barrera’, dos estupendos cómics sobre la frontera entre México y Estados Unidos
Mayo 13 2020
Jesús Jiménez
Si hay algo que nos esta enseñado esta crisis del coronavirus es que las fronteras humanas no sirven para detener los problemas universales, como las pandemias. Aún así, Donald Trumpo sigue construyendo un muro para impedir que los Mexicanos lleguen a Estados Unidos. Un muro que, en definitiva, mantenga a los pobres alejados de los ricos. Un miedo a la pobreza y a los extranjeros que no es exclusivo de Estados Unidos, como también hemos visto con la crisis migratoria en Europa.
Ahora dos excelentes cómics nos hablan de esa frontera de dos formas muy diferentes pero igual de interesantes: La cicatriz. En la frontera entre México y Estados Unidos (Barbara Fiore Editora), una aproximación periodística al problema; y Barrera (Gigamesh), una obra que usa la ciencia ficción para hablarnos de problemas muy reales.
La cicatriz. En la frontera entre México y Estados Unidos
Más que un cómic, La cicatriz. En la frontera entre México y Estados Unidos (Barbara Fiore Editora), es un reportaje periodístico sobre la situación que se vive a ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos. Sus autores, Andrea Ferraris y Renato Chiocca viajaran a Tucson y a Nogales para hablar con los que viven bajo la sombra de este muro: una zona de guerra en tierra de nadie.
Su experiencia la recogen en esta estupenda novela gráfica que muestra una realidad terrible sin recurrir al sentimentalismo ni a la lágrima fácil. Ambos describen esos tres mil doscientos kilómetros de muro que separan ambos países como una profunda herida alrededor de la que se alterna la oscuridad y la luz. La violencia y la humanidad, a través de las historias de esos mexicanos que intentan cruzar la frontera.
Así, nos recuerdan la historia de Toñito, el joven que, con tan solo 16 años, recibió diez disparos por la espalda a manos de un agente de la patrulla fronteriza de EE. UU. Su muerte fue reconocida como un asesinato transfronterizo.
Los autores también entrevistan a un grupo de voluntarios (los samaritanos) que proporcionan asistencia médica y provisiones a los migrantes indocumentados que cruzan a diario el desierto de Sonora, uno de los más calurosos y grandes del mundo.
Y nos descubren muchos datos que no sabíamos: por ejemplo la cantidad de personas que mueren de hambre y de sed (al intentar cruzar el desierto), o al ser mordidos por serpientes o escorpiones. Además los heridos suelen ser abandonados por los grupos a su suerte y mueren solos en el desierto.
Destacar los testimonios de todos los protagonistas como el de uno de los samaritanos, que nos cuenta cómo marcan las rutas que suelen seguir los migrantes, fijándose en los restos de comida y ropa que van dejando. Y el de un artista que también marca, con una cruz, donde encuentran los cadáveres de los mexicanos que pierden la vida en el intento. En cuatro años llevaba puestas 550 cruces.
Lo más curioso del cómic es que esos 3.200 kilómetros de muro terminan repentinamente y cualquiera puede cruzar la frontera con un simple paso.
Destacar la humanidad de este cómic y los estupendos dibujos a carboncillo, que pasan de la luminosidad de los momentos más esperanzadores al más oscuro expresionismo, en los momentos más duros. Un tebeo imprescindible que pone rostro a los migrantes y nos recuerda que los muros no son la solución.