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No hace mucho tiempo

José Luis Polanco

Con ellos como excusas, el ilustrador da cuenta de las luces y las sombras de su vida de artista. Entre los diferentes bloques en que han sido agrupadas las ilustraciones, el autor ha ido intercalando unas breves pero muy lúcidas reflexiones. En ellas habla sobre el proceso creativo y sobre su trabajo como ilustrador: cómo se hizo ilustrador, por qué le gusta dibujar, cómo se aprende este arte, qué relación hay entre el texto y la imagen, qué diferencia existe entre dibujar e ilustrar en la creación de un álbum ilustrado.

En esta ocasión, Liao ha prescindido del color, elemento tan característico en otras obras suyas, como El pez que sonreía, La noche estrellada o El sonido de los colores, por citar algunas. Las de No hace mucho tiempo han sido realizadas en blanco y negro, utilizando en la mayoría de los casos la técnica de la acuarela con rotulador fino; y son una buena muestra de los cambios producidos en la prensa escrita que empezó en esas fechas a publicarse en color. En, estas obras –escribe el propio Liao en el libro- han quedado atrapadas en el ámbar de una época cuyo recuerdo y sabor preservan.

Además de descubrir algunos pormenores de su trayectoria profesional, el artista taiwanés deja constancia en estas páginas de su honestidad personal, de su sensibilidad artística. Sus paisajes, insólitos y sorprendentes, habitados por el silencio y la música callada, nos transmite la alegría y la tristeza del creador, invitan a la reflexión y sosiegan el espíritu; producen vibraciones en el alma del que mira con atención. Poseía de la línea, la tinta y el agua. Pura delicia.