¿Leer o no leer? Cómo fomentar la lectura
24, Octubre 2022

El 24 de octubre se celebra en España el Día de las Bibliotecas, esos lugares que parecen envueltos en un halo de misteriosa quietud, donde no pasa el tiempo, y aún así parece que lo consideremos algo antiguo, como un videoclub. Y con la idea de fomentar su uso, hoy recordamos que, por fortuna, para muchos padres es una cuestión crucial cómo inculcar a sus hijos buenos hábitos como la lectura. Pero, antes de hablar sobre cómo conseguir esto, hablemos de por qué es buena idea iniciar a los pequeños en el vasto mundo de la literatura. El título de esta entrada hace referencia al libro Si no te gusta leer, no es culpa tuya, del autor taiwanés Jimmy Liao, en él un grupo de niños que ha perdido el gusto por leer se reúne, por obra de un librero, para leer citas de famosos que disfrutan de la lectura. [caption id="attachment_14996" align="alignnone" width="1280"] Ilustración interior de "Si no te gusta leer no es culpa tuya", de Jimmy Liao.[/caption] Que leer es un buen hábito es algo que damos por hecho sin cuestionarnos, pero ¿por qué es así? El motivo más evidente es por el aprendizaje. Los libros ponen a nuestra disposición todo el conocimiento que haya podido albergar la humanidad desde que se creó un sistema de escritura. Gracias a los libros podemos mejorar habilidades básicas para nuestro desarrollo en sociedad como la ética y la empatía; si conocemos los sufrimientos de otros podemos ser sensibles a ellos y evitar cometer injusticias. Además de ayudarnos a tratar mejor a otros, de los libros podemos aprender nuestros derechos, cómo debemos ser tratados. Aunque lo creamos evidente, en ocasiones permitimos que se cometan injusticias contra nosotros mismos por puro desconocimiento. Conociendo nuestros derechos podemos comenzar a reclamarlos. Por otra parte, leyendo es como desarrollamos y extendemos nuestro vocabulario y modo de expresarnos. Cuánto mejores seamos en estos puntos, mejor y con mayor efectividad podemos comunicarnos con los que nos rodean, habilidad esencial en una especie social como somos. Desde conceptos básicos como los anteriores hasta adentrarnos en lo profundo de cuestiones científicas, tecnológicas, filosóficas… Aprender es abrir puertas. Con esto también desarrollamos la conciencia crítica, cuestionamos lo establecido, nos hacemos preguntas. Esto nos lleva a otro punto, la inspiración: conocer lo que ya existe nos inspira a crear algo nuevo, válido para cualquier campo: arte, ciencia, tecnología. Teniendo todo esto en cuenta, queda claro que la lectura es el motor de la sociedad, y la buena lectura nos mostrará hacia dónde debemos enfocar ese motor, nosotros, que somos los capitanes. [caption id="attachment_14997" align="alignnone" width="1280"]
Ilustración interior de "Si no te gusta leer no es culpa tuya", de Jimmy Liao.[/caption] Visto esto, ¿cómo conseguimos que los pequeños (o cualquiera que no lo haga aún) se inicien en la lectura? En primer lugar, y si hablamos sobre infantes, lo básico para crearles interés por leer es que los mayores lean. Si un niño ve a sus padres leer se sentirá atraído a hacerlo, pero no lo hará si no es algo común en su entorno. Para mantener vivo este interés y conseguir que devenga en un hábito necesitamos cambiar el enfoque común, que tiende a crear rechazo en aquellos que se van a iniciar en la lectura, pues en ocasiones crear el hábito se confunde simplemente con leer, lo que nos lleva a iniciar la tarea de forma poco efectiva: obligando a leer mucho y rápido. Primero hablemos sobre qué se lee, pues lo habitual es que el pequeño se vea obligado a escoger un título impuesto, algo que puede o puede no ser de su interés. Sin embargo, debería ser él el que escoja algo de su interés, dejándolo libre por una librería o biblioteca y que pueda investigar y encontrar su propio gusto. En segundo lugar, y esto es válido para primeros y expertos lectores, hay una tendencia a creer que no se puede abandonar un libro empezado y que hay que leer tan rápido como se pueda. Nada más lejos de la realidad. Si un libro no nos atrae, es mejor abandonarlo y comenzar otro que continuar leyendo sin quererlo. Lo primero causa rechazo, la idea es permitir y permitirnos abandonar un libro, siempre y cuando acabe siendo sustituido por otro. Por otra parte, no hay prisas, el objetivo último no es leer más rápido que nadie, sino disfrutar leyendo. Cada cual debe encontrar su marcha y regirse únicamente por ella, pues de nada sirve leer si no se está comprendiendo lo leído. [caption id="attachment_14998" align="alignnone" width="1280"]
Ilustración interior de "Si no te gusta leer no es culpa tuya", de Jimmy Liao.[/caption] Para dejar bien claro todo esto, cerramos con algo que dijo Jorge Luis Borges y resume muy bien la cuestión:
"Si un libro es tedioso para ustedes, no lo lean, ese libro no ha sido escrito para ustedes. La lectura debe ser una de las formas de la felicidad. [...] Yo les aconsejaría que leyeran mucho, que no se dejaran asustar por la reputación de los autores, que leyeran buscando la felicidad personal, un goce personal, es el único modo de leer [...] Lean ustedes a Shakespeare. Si Shakespeare les interesa, muy bien, si Shakespeare les resulta tedioso, déjenlo. Shakespeare no ha escrito aún para ustedes. Llegará un día en que Shakespeare será digno de ustedes y ustedes serán dignos de Shakespeare. Pero mientras tanto no hay que apresurar las cosas. Yo aconsejaría, ante todo, la lectura y la lectura hedónica, la lectura de placer".