El sonido de los colores-Desencuentros
Octubre 23 2012
Begoña Pérez Ruiz
De ilustrar campañas publicitarias pasó a dibujar sus propias historias. Pero atención, porque hablamos de auténticas obras de arte, editadas en forma de libros.
Con dieciocho títulos en su haber, se ha convertido en todo un fenómeno editorial. Lo confirman las cifras comerciales: más de tres millones de ejemplares vendidos en China y Taiwán son una cifra más que respetable. En este sentido, no debe sorprender que algunos libros de Liao hayan sido adaptados al teatro, al musical e incluso al cine. Así, el bello cortometraje A Fish that Smiled at Me, inspirado en la obra El pez que sonrería, ganó un premio en la LVI edición del Festival de Cine de Berlín. El propio Liao ejerció como productor ejecutivo y creador del storyboard. La cinta narra la emotiva relación de un hombre con un pez que acaba de comprar como mascota. El protagonista adora a su nuevo compañero porque éste le sonríe, o al menos así lo cree. De hecho, quiere tanto a su pez que siente la necesidad de dejarlo libre, fuera de su pequeña pecera redonda. El desenlace presenta al pequeño ser volviendo al que es su hogar natural, el mar. Se trata, como ven, de un cuento sobre la generosidad, en cuyo mensaje descubrimos que la renuncia es finalmente recompensada.
Hasta hace bien poco, en el mercado hispanohablante sólo disponíamos de tres libros de Jimmy Liao: El sonido de los colores (Barbara Fiore, 2008), La piedra azul (Fondo de Cultura Económica, 2006) y Desencuentros (Barbara Fiore, 2008), que por cierto fue adaptado al cine por Johnnie To y Wai Ka-Fai en 2003.
Por fortuna, a estos títulos podemos sumar dos nuevas ediciones de ese estupendo sello que es Barbara Fiore: Hermosa soledad y Secretos en el bosque. Ambos reúnen trabajos muy tempranos en la carrera del artista. Destaca, por su hondura emocional, La piedra azul: una historia que Liao dedica a sus padres, y en la que narra la profunda nostalgia que implica la pérdida de nuestro hogar. También nos habla de la eterna necesidad de encontrar nuestra otra mitad. Esto es, el amor verdadero. En definitiva, se trata de un precioso tesoro que sabrán apreciar aquellos que no pierden jamás la esperanza. A todo esto, la piedra que da título al libro es la que se muestra vencedora. Su inmutabilidad contrasta con la vida de los humanos, casi siempre condenados al desamor, a la soledad (aun poseyendo riquezas materiales) o al olvido.
En Desencuentros también aparece el tema de la búsqueda amorosa. Con una dulce nostalgia, no exenta de optimismo, el libro nos presenta dos almas que están destinadas a unir sus destinos. Como escenario, la gran ciudad, fría y gris, acaba convertida en un laberinto, en una trampa, donde lo cercano se hace lejano. Dos personas pueden vivir en un mismo edificio de una ciudad atestada sin llegar a conocerse. Justamente eso es lo que les sucede a los protagonistas de esta historia. Siempre que ella sale de su casa, camina hacia la izquierda. Él, hacia la derecha. Parecen condenados a no encontrase nunca, y sin embargo, un día, por pura coincidencia, coinciden en la rotonda de una fuente. El romanticismo del encuentro es sublime.
Tiene una mayor carga lírica El sonido de los colores (2008), dedicado por Liao “a todos los poetas”. Aquí la protagonista es una niña ciega que también vive en una populosa metrópoli. El entorno urbano es como un monstruo que engulle la identidad de sus pobladores. No obstante, esa niña invidente aprovecha el gentío para perderse e imaginar su propio universo, como si fuera la única habitante de toda la ciudad. El suyo es un mundo sin límites, donde puede volar o nadar libremente, sin necesidad de vivir encerrada en un minúsculo apartamento. Mientras recorre los túneles del metro, conserva la esperanza y trata siempre de encontrar lo bello, por imposible que parezca. Este objetivo optimista se representa como la “hoja caída de oro” y “la más jugosa manzana roja”, que anda buscando la protagonista. Como bien dice la muchacha: “Tal vez pido demasiado. La vida es imprevisible, de modo que… ¡Vamos a cantar! ¡Vamos a bailar!”. Cuando olvida los momentos tristes, su reflexión es igual de tonificante: “Todo lo que puede olvidarse carece de importancia”. El sonido de los colores culmina con un hermoso poema de Rainer Maria Rilke.
Por su hermosura, no me extraña que este relato haya sido convertido en un popular teledrama de la televisión taiwanesa.Las maravillosas ilustraciones de Jimmy Liao dotan a sus relatos de una fuerza poética de rango superior. Su estilo responde a un trazo sencillo y delicado, lleno de expresividad y elegancia, sin perder cierto aire infantil.Puestos a buscar referencias, podemos relacionar los dibujos de Liao con los del genial Sempé, famoso por ilustrar ese clásico de la literatura infantil que es la serie del pequeño Nicolás.
Ciertos elementos se repiten en distintas obras del taiwanés. Por ejemplo, el conejo gigante que vigila los sueños de los enamorados en Desencuentros y las fantasías de la niña en El sonido de los colores, ya está presente en ese libro hermosísimo que es Secretos en el bosque, con el que Liao debutó en este campo literario.También retorna el niño que se ha perdido y desea regresar a su hogar, y que pregunta infructuosamente por éste, primero a la roca con forma de elefante de La piedra azul y luego a la niña ciega en El sonido de los colores. Otro cruce significativo: cuando la pequeña invidente sueña que nada libremente en el mar, se encuentra con peces parlantes, similares al protagonista de El pez que sonreía.Esta recurrencia de ciertos ingredientes me trae a la memoria los fantásticos libros infantiles de Anthony Browne, especialmente los de la serie del chimpancé Willy. En cualquier caso, es indiscutible que a Jimmy Liao le gusta dibujar animales: grandes o pequeños, vivos o simples peluches.
Aunque están recomendados para niños mayores de seis años, los libros de Jimmy Liao agradan por igual a los lectores adultos. No desaprovechen la oportunidad de conocerlo. La edición de Hermosa soledad y Secretos en el bosque por parte de Barbara Fiore es la disculpa perfecta para adentrarse en el universo sentimental de este soberbio artista oriental.