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Kafka+Esopo: ‘Cigarra’, de Shaun Tan

Josep Olvier

Casi como un émulo de Gregorio Samsa de Kafka, nos encontramos a la pequeña cigarra inmersa en un mundo ciclópeo, antinatural e inhumano. En su impoluto traje de negocios, la cigarra trabaja en un edificio alto. ¡Diecisiete años, y ni una sola baja por enfermedad! Cigarra vive por y para el trabajo. Pero ese esfuerzo no se ve recompensado: es el único hemiptero que trabaja en el gran edificio. Todos sus compañeros se muestran insolidarios: no tiene amistades, no hay ascensos para ella, ni siquiera un agradecimiento por consagrar su vida a la empresa… Pero cuando Cigarra llega a su límite algo extraordinario ocurrirá.

Como siempre, Shaun Tan se muestra como un excelente narrador de historias que te atrapan. Y para ello le hacen falta muy pocas páginas, e incluso muy pocas palabras. La fuerta de Tan está en las evocadoras imágenes que crean sus ilustraciones. En Cigarra el entorno frío e inhumano de cemento y burocracia que el autor crea nos envuelve también a nosotros. Esa monocromía, solo rota por el verde de la naturaleza que representa nuestro protagonista, es muy importante, porque resaltará la secuencia final de la historia, y que no podemos desvelar aquí porque sería una pena que el lector no la descubriera por sí solo.

La libertad. La libertad individual, esa libertad innegociable que nos hace ser quienes somos, que está por encima de fidelidades laborales, de amenazas económicas. Cuando uno termina Cigarra, esboza una sonrisa. Para mí mismo, pensaba: Este Shaun Tan lo ha vuelto a hacer. Es un maestro de las pequeñas grandes historias. Cigarra lo dice en la contraportada: “Historia incluso humano entiende.” Shaun no solo habla de esa libertad en este álbum ilustrado, sino de la atávica conexión que tenemos con la naturaleza, a la que siempre volvemos para encontrarnos a nosotros mismos. Cigarra es una pequeña fábula ilustrada que condensa el estilo y la filosofía de Shaun Tan.

No os la perdáis por nada.