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La historia de por qué los perro tienen el hocico húmedo

Ruth García Martín

Es entonces cuando un perspicaz hombre llamado Noé construye una gran arca de madera y embarca en ella a su familia y animales de todas las clases conocidas para salvarlos del peligro. Quién más y quién menos de las personas que tienen perros, se ha preguntado alguna vez por qué tienen la nariz húmeda. Una antigua leyenda noruega, Noé y El Perro, nos cuenta que los perros adquirieron esa cualidad al salvarnos del desastre cuando, al principio de los tiempos, un diluvio amenazaba con destruirlo todo. La realidad es más prosaica. La nariz húmeda de los perros les sirve para regular su temperatura y para oler mejor, entre otras razones.

El poeta y escritor escocés Kennet Steven, con un lenguaje sencillo e irónico, recrea esta leyenda y la actualiza enlazándola con el pasaje bíblico del Arca de Noé, dándole un tierno giro argumental final que contesta la pregunta que da nombre al álbum. La historia bíblica relacionada ha sido más o menos versionada en diferentes ocasiones en el mundo anglosajón, véase a modo de ejemplo Little Scraggly Hair: A Dog on Noah’s Ark de Lynn Cullen, Charles A. Peck y Jacqueline Rogers. A diferencia de estas versiones, Steven le da una toque irreverente y contemporáneo al secularizar la narración y modificar el papel del perro en la historia bíblica, realzándolo hasta convertirlo en el héroe final.

Pero por si algo destaca La historia de por qué los perros tienen el hocico húmedo es por el personalísimo estilo del premiado y reconocido artista Øyvind Torseter. En esta obra el ilustrador noruego nos ofrece un dibujo que sorprende por su nivel creativo y la prolífica cantidad de detalles que contienen cada una de las ilustraciones pese a la aparente simplicidad y estética Seudo-Náif del apartado gráfico. Torseter nos describe un mundo donde Noé es un Viejo Hipster (o Punki) con las orejas agujereadas y larga barba, su mujer tiene la mitad del pelo rapado y un mechón azul y los animales son versiones ora antropomórficos ora más o menos realistas, pero siempre entrañables, destacando por encima de todos ellos el fiel can mestizo de color canela pálido. El trazo irregular y uniforme le da una apariencia de inmediatez al conjunto pero es algo engañoso ya que todos los personajes muestran una gran expresividad y grado de detalle pese a lo caricaturesco de sus formas.

La narrativa desplegada en la obra es la de un álbum ilustrado, pese a que en algunos momentos se mezcla tanto el género del libro ilustrado y en otros el cómic. Esta hibridación deviene a que hay muy poco texto, tampoco hace falta más, y a que casi todas las imágenes son una ilustración que ocupa dos páginas. Torseter utiliza en mucha de las imágenes la técnica o efecto Rayos X, técnica utilizada previamente de forma muy inteligente por otros artistas como Bill Sienkiewicz. Con el uso de esta técnica plástica en las imágenes del barco los distintos camarotes funcionen a modo de cuasi-viñetas, ya que en cada uno de ellos ocurre algo. Resulta cómico ver desfilar por las páginas y camarotes felinos leyendo libros, rinocerontes cantando serenatas, alces dj, hipopótamos con melena y chaqueta de cuero o todos los animales y humanos celebrar una fiesta en un entorno tan caótico como el barco Arca, etc. De esta forma el autor noruego ha podido insertar a lo largo de La historia de por qué los perros tienen el hocico húmedo numerosas pequeñas historias y detalles ilustrados, como el desarrollo del embarazo de la mujer, que complementen la historia principal.

Torseter utiliza una paleta de colores planos que se reduce al verde, amarillo, rosa, el azul y el canela/anaranjado del perro. Los colores están rayando la gama pastel pero destacan entre las grandes masas de blanco de las páginas y las líneas negras del dibujo reforzando la expresividad del conjunto pese a la “Economía” de los medios empleados. El enfoque eminentemente visual de la obra se observa el diseño de cada ilustración/viñetas como en la gama cromática elegida y en la distribución de los elementos que tienen color, estilo que ya había empleado en obras en solitario previas como Agujero. En la que nos ocupa el diseño final de la historia se hizo mano a mano con el guionista y el editor hasta conformar la apariencia final, la cual recuerda poderosamente a la técnica del grabado.