Amok

Para Amok, Tullio Forgiarini se introduce en la cabeza de un preadolescente, aún inmaduro  e infantil como corresponde, con una vida tan terrible que su cabeza ha tenido que recurrir a diabólicos mecanismos de defensa para intentar frenar el trauma. Es la historia de lo que sucede cuando un niño no es cuidado como se debe, está desprotegido y las entidades fallan. El futuro para estos niños es oscuro y desesperanzador; la adolescencia se vuelve un tormento cuando el interior y el entorno no coinciden y todo es ajeno y confuso. Nuestro protagonista aún carece de herramientas para enfrentarse a la vida que le ha tocado. Vemos también el dolor de los que de corazón quieren ayudar pero no disponen de los recursos necesarios. Amok nos hace pensar en un Holden Caulfield contemporáneo: dos adolescentes con vidas y un día a día nada infantiles, con dolor y traumas; y, lo más aterrador, sin un buen futuro posible. Este "guardián entre el centeno" moderno no pertenece a una familia adinerada como Holden, sino que proviene de lo más bajo de la sociedad lo que limita aún más sus posibilidades de supervivencia y de bienestar. Todo esto convierte a Amok en un relato convulso, que siempre parece a punto de estallar, mientras sus protagonistas tratan de mantener la cabeza alejada de todo esto y viven de ilusiones bastante improbables.