El visor

Por eso resulta extraño que alguien con una sensibilidad tan especial para crear historias y diseñar escenarios cercanos a lo onírico como Shaun Tan, autor de obras como El árbol de rojo, La cosa perdida o Emigrantes, se sirva de tan peculiar elemento para contar la historia de Tristán, un niño que un día encuentra en el rincón favorito de su ciudad, el vertedero, un objeto que se ha convertido de inmediato, en una necesidad vital, en una obsesión.

Cuando el visor se abre, automáticamente se adapta al rostro del niño y, ante él, aparecen como surgidas de la nada imágenes que devuelven al mundo a sus orígenes más remotos; otros discos muestran a Tristán la historia de la Humanidad hasta llegar a un presente cargado de presagios funestos. Como si el cubo maléfico de la película “Hellrraiser” se tratara, el visor se apodera del muchacho.

La colaboración de Shaun Tan con Gary Crew tiene como resultado una obra excepcional en la que es fácil caer en la misma trampa que el protagonista y quedar enganchado de este obra magníficamente absorbente.